Volveré. Cuando vuelva, volveré.
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Hoy os presento una maravilla que acabo de encontrar por la red. Una ópera sobre la vida y la muerte en las llanuras del Serengeti.
Música: El Dueto de las Flores de la ópera Lakemé, compuesta por Léo Delibes.
Película: Escena salvaje donde una madre jirafa defiende a su pequeño de los ataques de las hienas. Filmado en el Parque Nacional de Serengeti, Tanzania.
Filed under: La BioVisión | Tagged: El dueto de las flores, hienas, jirafa, lakemé, serengeti | 2 Comments »
Los conejos fueron considerados roedores (Rodentia) hasta principios del siglo XX. Pero esa clasificación ha sido corregida, y se les ha concedido un grupo propio; Lagomorpha.
Todos los roedores (ratas, ratones, hamsters, jerbos, ardillas, cobayas, castores y demás) tienen un par de incisivos en cada maxilar, es decir, dos dientes arriba y dos abajo.
Pero los lagomorfos (conejos, liebres y pikas), en lugar de dos y dos, tienen cuatro incisivos arriba y dos abajo. Aunque el par de incisivos extra de los lagomorfos sea de tamaño reducido, ya se considera un rasgo sobradamente importante y suficiente como para dejarlos fuera del orden Rodentia.
Los roedores forman lo que se denomina un grupo monofilético. Es decir, que todos los roedores del mundo han evolucionado a partir de un antiguo roedor que ya poseía tales características dentales. Pero ojo, ¡esto no quiere decir que todos desciendan del mismo animal a la vez! sino que significa que si diésemos marcha atrás en el árbol evolutivo de los roedores, iríamos viendo como surgen las especies, unas de otras, y veríamos las conexiones entre ellas, y entre sus grupos. Veríamos pues el antepasado en común de ratas y ratones, o el antepasado común que dió lugar a jerbos y ardillas. Observaríamos cómo estas especies se van agrupando en ramas, y a su vez, también podríamos ver cómo estas ramas se agrupan entre si. Hasta llegar a un punto determinado donde todas las ramas de roedores se unen, en un ancestro común de todo el grupo.
Ese ancestro común más reciente de todos los roedores ya tenía sólamente dos pares de incisivos, y dió lugar a los roedores que a su vez darían lugar a todos los roedores modernos. Como veis, Rodentia es un grupo cerrado. Los animales que no descienden de ese ancestro no pueden ser considerados como roedores.
Los conejos són entonces parientes cercanos de los roedores. Existió un antepasado en común entre lagomorfos y roedores que daría lugar a ambos grupos, y este fué por lo tanto, anterior al ancestro común de ambos grupos por separado.
El orden de los lagomorfos es bastante pequeño, y se divide en dos familias; Ochotonidae y Leporidae.
En los ochotónidos encontramos a las pikas, unos pequeños animalitos que recuerdan a los hamsters, pero que sin embargo presentan las características típicas de los lagomorfos. Mirad que maja con sus florecillas en la boca. ^^
Dentro de la familia de los lepóridos encontraremos a los representantes más conocidos de los lagomorfos; los conejos y las liebres.
A diferencia de los conejos, que suelen ser redonditos, las liebres (Lepus) están dotadas de un cuerpo más estilizado y atlético, con las patas traseras muy desarrolladas, que les permiten alcanzar altas velocidades en carrera. Són animales nerviosos, y siempre están alerta, ya que muchos depredadores las andan buscando. Por ejemplo; zorros, lobos, linces, mustélidos, y aves rapaces como las águilas. Para verlos venir, los lagomorfos tienen los ojos colocados a ambos lados de la cabeza, la cual cosa garantiza un amplio ángulo de visión periférica. Además de unas enormes orejas que pueden orientar a voluntad y así escuchar mejor en cualquier dirección.
Los conejos viven en madrigueras, donde dan a luz a sus crias. Y como todos los mamíferos, amamantan a sus pequeños, y los cuidan hasta que se hayan hecho mayores. Aunque tengan un aspecto pacífico, a veces los conejos pueden llegar a ser muy valientes y agresivos para defender sus hogares. Si queréis verlo vosotros mismos, dadle al play en el siguiente vídeo:
Ya hemos visto porqué los conejos no són roedores, y hemos hablado de las características más generales de éstos. Pero los roedores forman el orden más numeroso de mamíferos, con casi 2300 miembros, lo que supone un 42% de las especies vivientes (de mamíferos). Entre ellos existe una enorme variedad en formas y tamaños, desde los diminutos ratoncillos, hasta las enormes capibaras, que pueden alcanzar los 80 kilos de peso. Pero esa es otra historia. 😉
Si os interesa saber más acerca de los conejos y las liebres haced click (aquí para conejos) y (aquí para liebres) y se abrirán unos fantásticos artículos sobre ellos que he encontrado en una magnífica página sobre fauna ibérica.
Filed under: Mamíferos | Tagged: conejo, Lagomorfos, liebre, pika, roedores | 6 Comments »
Aedes albopictus, el mosquito tigre.
¿Quién no conoce a nuestro querido amigo el mosquito? Ése que nos visita expresamente, siempre que puede. ¿Quién no se ha despertado alguna vez en mitad de la noche, al escuchar su maravilloso zumbido trompetero cerca de la oreja? ¡Qué alegría! El que nunca se haya dado una bofetada a si mismo por culpa de este insecto debe de tenerse mucho cariño.
Los mosquitos pertenecen al orden de los dípteros, junto a otros insectos muy famosos; las moscas y los tábanos. Pero cuando hablamos comúnmente de mosquitos en realidad nos estamos refiriendo a la familia de los culícidos, la cual consta de más de 2700 especies distribuídas en 35 géneros.
Con la panza llena
¡Sólo pican las hembras! Las hembras de mosquito han desarrollado una trompa especialmente preparada para perforar la piel de los animales vertebrados como nosotros y chuparnos la sangre. Los machos de los mosquitos no poseen esa boca especializada, y sólo se alimentan de néctar, savia y jugos de frutas. Esto se debe a que las hembras necesitan aportar proteínas a su dieta para la formación de los huevos.
De entre los 35 géneros de mosquitos conocidos, sólamente en uno de ellos, las hembras no són consumidoras de sangre. En ese grupo las larvas són depredadoras de otras larvas de mosquito.
Larva de mosquito
Todos los mosquitos són holometábolos, es decir, que se desarrollan mediante lo que se conoce como metamorfosis completa. La cual consta de 4 fases; embrión, larva, pupa e imago (adulto). Este tipo de desarrollo es común en los insectos más evolucionados.
La fase embrionaria tiene lugar dentro del huevo del insecto. De él saldrá una larva como ésta de la imagen, muy diferente del adulto, tanto anatómicamente como en cuanto a su ecología se refiere, ya que esta etapa es acuática. Estas larvas mudarán varias veces para crecer, hasta llegar a convertirse en pupas.
La fase de pupa es una fase inmóvil, donde ocurrirán una serie de cambios drásticos en la morfología del pequeño díptero para dar lugar al adulto.
Ciclo vital del mosquito
La vida de un mosquito suele durar muy poco. El promedio rondaría las dos semanas, aunque existe bastante variación según la especie y las condiciones ambientales. Desde unos fugaces 4 días, hasta 1 mesecillo como mucho, en algunos individuos.
Los mosquitos són lamentablemente famosos por ser transmisores de enfermedades infecciosas, tales como la fiebre amarilla, el dengue o la malaria. Provocando la muerte de millones de personas cada año. Esta infame cualidad es algo común en los animales hematófagos, es decir, los que se alimentan de sangre.
Estos dípteros, como todos los demás insectos, pertenecen a un super grupo de animales llamado artrópodos. Se trata del grupo de animales más numeroso del mundo, conformando almenos un 80% de todas las especies animales conocidas. Entre ellos, a parte de los insectos, también se encuentran grupos como los arácnidos, los crustáceos, y los miriápodos. Los artrópodos vivieron una época dorada en el período carbonífero, hace unos 350 millones de años, cuando alcanzaron tamaños gigantescos. Pero esa es otra historia. 😉
Si quereis saber más sobre estos bichitos os recomiendo el artículo de la wikipedia en inglés, muy completo y con muchas referencias.
Filed under: Artrópodos | Tagged: dípteros, hematófagos, mosquitos | 16 Comments »
Bivalvos; mejillones, ostras, almejas y vieiras.
Cuando hablamos sobre moluscos lo primero que siempre nos viene a la cabeza són los típicos bivalvos: Los mejillones, las ostras, las almejas o las vieiras. Una selección muy apetecible.
Lo más característico de estos animales es la concha. Como su nombre indica, los bivalvos poseen dos valvas, o placas, que cubren y protegen sus blandos cuerpos. Esta concha es dura, y consta de tres capas: La capa interior está hecha de nácar, seguida por una capa intermedia de calcita o aragonita y finalmente, de una capa exterior de carbonato cálcico.
Estos escudos són duros, y cumplen muy bien su función protectora. Pero cuando un parásito, o algún objeto extraño, logra penetrar en el interior del molusco y este no es capaz de expulsarlo, los bivalvos como las ostras son capaces de neutralizarlo mediante un sistema defensivo muy peculiar; la enquistación, que consiste en envolver progresivamente al intruso, por capas y capas concéntricas de nácar. Este quiste acaba dando lugar a algo que todos conocemos, las perlas.
Lucir una buena concha protectora conlleva sus limitaciones, ya que són muy pesadas y voluminosas, y esto dificulta notablemente el desplazamiento en los bivalvos. Pero los organismos que las han desarrollado han sabido solventar este inconveniente. Muchos de estos animales permanecen fuertemente anclados en la roca, sin moverse, dedicando todo su tiempo a filtrar agua para obtener alimento, sin preocuparse por depredadores, ya que confían en sus especializados blindajes. Esta estrategia evolutiva ha estado mucho tiempo desarrollándose hasta alcanzar el nivel que observamos hoy en los bivalvos mejor acorazados.
Sin embargo, esa tendencia a fortificarse ha sido revertida por algunos miembros del grupo. Como por ejemplo, las vieiras, que han desarrollado conchas más ligeras que les permiten desplazarse libremente por el fondo marino, e incluso nadar. Si no os lo creeis, os lo enseño en vídeo. Mirad, mirad…
Gracias a que sus conchas se han vuelto más ligeras, las vieiras pueden huir de las amenazas expulsando chorros de agua a presión. Aunque su estilo es bastante descontrolado y rudimentario, es una novedad en el grupo de los bivalvos. Pero la pérdida progresiva de la concha, implica dar marcha atrás, para deshacerse de algo que ha costado tanto de conseguir. Este fenómeno evolutivo se conoce como Reversión. Sin embargo no se puede considerar que estos animales hayan retrocedido, sino que están explorando un modelo nuevo. Una dirección evolutiva distinta.
Existe otro grupo de moluscos que han llevado esta tendencia a perder concha y ganar movilidad mucho más lejos; se trata de los gasterópodos. De ellos me encargaré próximamente.
Gracias a la pérdida del caparazón, los moluscos alcanzarán una notable movilidad, y esto irá también muy ligado al desarrollo del sistema nervioso central, el cerebro. Pero esa es otra historia. 😉
Filed under: Inv. No artrópodos | Tagged: bivalvos, Evolución, moluscos, reversión evolutiva | 7 Comments »
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