Normalmente, para conseguir algo, suelen existir diferentes formas de hacerlo. Diferentes técnicas, diferentes estrategias, distintos métodos. Si queremos coger una manzana de una rama de manzano la cual no alcanzamos, podemos subirnos al árbol trepando por su tronco, podemos utilizar una escalera, o podemos golpear la rama con un palo para hacer caer el fruto. Y de igual modo para conseguir casi cualquier objetivo en la vida, siempre existen distintas opciones para darle alcance. Pues en la carrera de la evolución también ocurre esto mismo. Existen en la naturaleza muchas ramas evolutivas que han desarrollado diferentes adaptaciones con los mismos objetivos.
Estas adaptaciones aunque cumplen funciones parecidas, y puedan ser semejantes, pueden funcionar de formas muy distintas. Por ejemplo las alas de los insectos y las alas de los pájaros. Ambas estructuras cumplen la misma función, permitiendo al animal volar libremente por el aire. Pero sus orígenes y su funcionamiento nada tienen que ver respectivamente. A estas estructuras se las conoce como estructuras análogas.
Algo parecido ocurre pues, en el caso de las aletas caudales (las colas) de los peces con respecto a las de los mamíferos marinos tales como los delfines y ballenas.
La espina dorsal de los cetáceos culmina en una cola aplanada, conocida como aleta caudal. Su estructura y función es muy parecida a la de las aletas caudales que poseen los peces, sobretodo a las de los tiburones. Pero la gran diferencia es que los delfines y ballenas mueven su cola de arriba ajabo, en lugar de lateralmente. Debido a esto, la aleta de los cetáceos es plana horizontalmente, ya que de lo contrario no sería funcional.
Observad el movimiento lateral típico de estos animales. Y comparadlo con el movimiento sobre el eje dorsoventral de los delfines.
Aquí un vídeo donde se observa perfectamente el nado de los delfines.
Tanto delfines como ballenas pertenecen al orden de los cetáceos que a su vez se incluye en el clado cetartiodactyla, junto a los hipopótamos, los cerdos, los camellos, y los rumiantes.
Lejos de los cetáceos, en otro grupo de mamíferos encontramos a unos animales que también han evolucionado para nadar de una forma muy parecida, con aletas caudales sorprendentemente semejantes. Se trata de los sirenios; los manatíes y los dugongos, también conocidos como vacas marinas.
Estos pacíficos vegetarianos son, junto a los cetáceos, los únicos mamíferos completamente adaptados a una vida exclusivamente acuática. Estos animales tienen un ancestro común con los cetáceos que, sin lugar a dudas, llevó una vida completamente fuera del agua, ya que también dió lugar a un amplio abanico de grupos, en su grandísima mayoría terrestres. Es decir, que ambos grupos han desarrollado sus adaptaciones marinas por caminos completamente independientes. Sendos linajes, como podemos ver hoy, han coincidido en la forma de la aleta caudal y en su movimiento natatorio. Veámoslo en acción:
Aquí un vídeo donde se puede ver a un dugongo nadando.
Lejos, muy lejos en el árbol filogénico de los mamíferos existe otro orden de animales que también tiene representantes adaptados a la vida acuática; los carnívoros. Y con carnívoros no debeis entender animales que comen carne, aunque este sea el motivo por el cual se le haya dado este nombre al grupo, sino que por carnívoros, taxonómicamente debemos entender a los animales pertenecientes al orden Carnivora. Dentro del cual encontramos, por ejemplo, a los felinos, a los cánidos, a los osos,a las hienas, o los mustélidos.
Los mustélidos son un grupo de pequeños carnívoros de cuerpos alargados y patas cortas. Entre ellos seguro que os suenan animales como el tejón, el hurón, la comadreja, el visón, o la nutria
La nutria es un animal que también se ha adaptado a vivir en el agua. Tal vez no tanto como cetáceos y sirenios, pero lo suficiente para hacer gala de una eficiente técnica natatoria:
Aquí podemos ver a un par de nutrias nadando.
Observad que, a pesar de no poseer una aleta caudal como los anteriores, estos animales mueven sus patas traseras al unísono, de arriba abajo. Esto podría darnos alguna pista sobre la evolución de la natación en los grupos anteriores, y ayudarnos a imaginar de qué forma comenzaron aquellos animales, completamente terrestres, a desarrollar sus cuerpos para nadar de esta forma.
Ahora podríamos deducir que los mamíferos que se han adaptado al medio acuático desde formas terrestres, parece que tengan una tendencia a nadar de este modo, moviendo sus espinas dorsales de arriba abajo, en lugar de lateralmente como los peces, o como los reptiles.
Aquí vereis a una iguana marina nadando igual que hacían los peces.
Aquí podeis observar cómo nada un cocodrilo, moviendo su cola de lado a lado.
Parece que algo en la estructura de los animales cuyos linajes han evolucionado previamente hacia formas terrestres haga que no se reproduzca esta antigua forma de nadar. Y no será porque sea menos eficiente. Eso seguro que no, ya que los mejores nadadores se encuentran sin duda entre los peces; animales que han habitado el mar desde sus inicios, y en el que han evolucionado por selección natural durante cientos de millones de años, explorando infinidad de formas.
Por lo tanto, la razón de que los mamíferos marinos no usen esa técnica de nado tan extendida en el resto del reino animal podría ser explicada recurriendo a su historia morfológica. Es decir, apelando al hecho de que todos ellos tienen en común que descienden de formas adaptadas a la vida en tierra firme. Seres adaptados a correr por las llanuras, a trepar por los árboles, o a esconderse en madrigueras. Cuya estructura favorece obviamente a la forma de nadar que hasta ahora hemos observado en estos grupos.
Existen unos curiosísimos animalillos también muy adaptados a la vida acuática; los ornitorrincos, que forman junto a los equidnas, el extraño grupo de los monotremas. Estos graciosos seres se encuentran en una rama muy lejana al resto de mamíferos. Tan raros son que incluso ¡ponen huevos! Y entre muchas otras adaptaciones han desarrollado su propia técnica natatoria. Estos animales, a diferencia de los de anteriores ejemplos, hacen mucho más uso de sus extremidades anteriores. Aunque me parece que el diseño del cuerpo y la enorme cola aplanados, son bastante significativos y encajan con lo que hemos ido viendo hasta ahora.
Aquí podreis disfrutar de la filmación de un ornitorrinco nadando.
Pero nos estamos olvidando de otro grupo de mamíferos marinos muy importante y conocido; los pinnípedos.Tal vez más conocidos como focas, leones marinos y morsas.
Este grupo es filogénicamente muy cercano al de los mustélidos. Pertenecen al orden de los carnívoros y están más emparentados con los perros que con los gatos. Entre los pinípedos podemos distinguir tres familias distintas:

León marino.
Otarios (Otariidae), los leones marinos, osos marinos, o también llamados lobos marinos: Con pabellón auditivo (con orejas); extremidades posteriores dirigidas hacia adelante, funcionales en el desplazamiento terrestre. Tal como ese de la foto. Fijaos en sus patas traseras (la foto de arriba). A pesar de estar evolucionadas para ser aletas, aún les son útiles para andar por tierra.

Morsa.
Odobénidos (Odobenidae), las morsas: Sin pabellón auditivo (sin orejas); extremidades posteriores dirigidas hacia adelante, funcionales en el desplazamiento terrestre; piel rugosa; con largos colmillos. Observad que sus patas traseras también se flexionan hacia adelante, puediendo el animal hacer uso de ellas para moverse fuera del agua. Y también, fijaos en la forma de aletas, grandes y desarrolladas que tienen sus miembros anteriores, tanto éstos como los del león marino de antes.
Veamos cómo nadan leones marinos y morsas haciendo uso de sus extremidades delanteras precisamente adaptadas a tal efecto:
Aquí podeis apreciar el ágil estilo de los leones marinos nadando.
Aquí vereis que las morsas también usan mucho sus aletas anteriores para darse impulso.

Foca.
Fócidos (Phocidae), las focas: Sin pabellón auditivo (sin orejas); extremidades posteriores dirigidas hacia atrás y no funcionales en el desplazamiento terrestre. A este grupo pertenecen animales como la foca monje, la foca leopardo, o el elefante marino.
Bien, ya hemos llegado donde quería… Mirad a estos animales. Se parecen a los anteriores, pero tienen unas diferencias muy características.
Observad que sus patas delanteras son pequeñas en comparación a las anteriores. Apenas se aprecian en esta foto, pero sus «brazos», en lugar de formar dos grandes aletas como en los leones marinos y en las morsas, conforman un par de «manitas» (que también son planas y sirven para nadar) que tienen uñas con las que se agarran al terreno, o se rascan la barriguita. 😀
Y mirad su «cola»… No es como la de los otros pinnípedos. Ésta estructura en forma de aletas está formada igualmente por sus patas traseras (sus pies), pero a diferencia de los demás, está orientada completamente hacia atrás, conformando una suerte de aleta caudal. Esta «cola» no le sirve para caminar por el suelo, y seguro que las habréis visto arrastrándose por las playas o por el hielo dando panzazos. Estas extremidades posteriores, respecto a las de los leones marinos se consideran estructuras homólogas, que quiere decir que han tenido el mismo origen, aunque se hayan desarrollado de forma distinta.
Y ahora viene lo más maravilloso de todo: Las focas han conseguido nadar como los peces.
Aquí y aquí veréis cómo nada una foca monje. Y aquí unas focas peleándose por una hembra, donde podreis apreciar su forma de nadar, moviendo el cuerpo lateralmente.
Sí, lo hemos logrado. Los mamíferos hemos conseguido nadar como los peces. ¿Pero por qué solo lo han conseguido las focas? ¿Cómo lo han hecho?
¿Es éste fenómeno debido a las restricciones estructurales de nuestros cuerpos? Somos como somos porque fuimos como fuimos, y existen ciertas restricciones heredadas de nuetros antepasados cuadrúpedos. O tal vez la evolución sea más poderosa de lo que pensamos, y pudiendo habernos llevado por ese camino, resultó que es más eficaz nadar como los delfines que como los peces. En fin, que analizando todo lo que conozco no obtengo respuestas claras, sino más preguntas.
Filed under: Evolución | Tagged: aleta caudal, analogía, cola de ballena, Evolución, foca, mamíferos marinos, natación, pinnípedos, técnica nataroria | 17 Comments »
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